El sábado 5 de marzo, se realizó en la Casa de la Juventud "María Vicuña" un taller sobre criptografía y blockchain. Fue impartido por Gabriel Ferrera en colaboración con Dictel. El taller tuvo muy buena acogida de público, 42 participantes, con un amplio espectro de edades y una considerable presencia de jóvenes.
La criptografía ha estado presente en la actividad humana desde los albores de la historia, entre griegos, persas, romanos etc. En el taller comenzó aprendiendo a usar la escítala espartana, donde el mensaje está escrito en una cinta, pero no es leíble a menos que se posea un bastón del mismo diámetro que el original.
Para leer el mensaje se enrolla la cinta en el bastón y ya está. En el taller se usó una escítala cuadrada y otra pentagonal, de diferente perímetro. Cada grupo de asistentes empleó todo su saber hacer para descifrar el mensaje del grupo vecino.
Siguiendo el devenir histórico de los usos de criptografía, aprendimos a usar la clave de César. Esta consiste en un desplazamiento del alfabeto, es decir, donde había una "A" ponemos "E", que es un desplazamiento de 4. Esto se hace para todas las letras del mensaje. Es simple de usar, pero quisimos complicarlo en el taller pasando al cifrado de Vigenère donde ahora, a cada letra, se le adjudica un desplazamiento distinto del alfabeto. Esto era más complicado, pero todos los grupos consiguieron el objetivo de cifrar y descifrar con él. Este último cifrado dio paso a la descripción de la máquina basada en esta técnica, pero mucho más compleja, la máquina Enigma. Esta máquina fue usada por los nazis durante la II Guerra Mundial para encriptar sus mensajes.
Después Gabriel nos explicó las técnicas actuales de critografía. Estas se basan en la tecnología del hash, donde cualquier texto puede ser encriptado en una línea de 64 caracteres (algoritmo SHA-256) de 128 (SHA-512) u otros. Estas funciones o algoritmos se utilizan para salvaguardas las contraseñas de los clientes de bancos, tiendas, y cualquier web en la que se necesite proporcionar nombre de usuario y contraseña. Es lo que se llama clave one-way o unidireccional.
También es de mucho uso el método de la clave pública y privada, que es parte de lo que se llama criptografía asimétrica. Esta permite por ejemplo envío de mensajes encriptados y, el desarrollo de la blockchain. Se ilustró este método con el uso de tres colores. Donde dos colores hacen de clave privada, de cada uno de los que se envían los mensajes, y el tercero es la clave pública. Los asistentes pudieron confirmar, sorprendidos, la efectividad y sencillez del método..
Por fin, nos ocupamos de describir y poner en práctica la tecnología blockchain. Para ello se usaron una colección de dados que tenía cada grupo y la división modular por 6. A pesar de la aparente complejidad, todo el mundo acabó con las mismas blockchains y entendió el concepto. Esta tecnología es parte esencial de las criptomonedas como bitcoin o ethereum, pero también se puede utilizar en monitorizar cadenas de suministro, votaciones seguras, contratos inteligentes, etc.
Para acabar Gabriel nos explicó la emergencia de la llamada Web 3.0 y sus diferencias con la de uso actual, la 2.0, e incluso con la primitiva 1.0. Para ilustrar estas tres variantes nos liamos, literalmente, con hilos de lana, donde llegamos a distinguir lo que es una red centralizada, 2.0, a otra descentralizada, 3.0.
Esta última, aún en sus primeros pasos, puede ser parte del futuro de internet.
El taller duró tres horas y los asistentes mantuvieron mucho interés hasta el final, tanto por el contenido, como por la estupenda puesta en escena de Gabriel.
En este enlace podéis encontrar el fichero PDF de la presentación del taller.
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