Este sábado, 1 de octubre, se celebró en la Casa de la Juventud de Estella un taller sobre el “Enlace Químico: del hidrógeno a las moléculas de la vida”. El taller fue realizado por Jesús Echeverría en colaboración con DiCTEL. Al taller asistieron 40 personas de todas las edades, que disfrutaron y aprendieron, desde cómo son los átomos de la tabla periódica hasta cómo se construyen las moléculas esenciales para la vida.
Jesús Echeverría enumeró los elementos más comunes en la corteza terrestre, en el mar y en los seres vivos. Curiosamente, en todos ellos, el oxígeno llega en primer lugar. El segundo puesto se lo disputan el silicio (corteza terrestre), el hidrógeno (agua de mar) y carbono (seres vivos).
A continuación hizo un repaso sobre las propiedades más importantes de los átomos con respecto a su capacidad de unirse con otros átomos. Se hizo hincapié en la distribución de los orbitales electrónicos y cómo un átomo se convierte en ion. Es decir, en qué circunstancias un átomo se puede desprender de sus electrones más superficiales o, al contrario, cómo puede captar electrones de otros átomos cercanos. Esto es, entender la capacidad de compartir electrones entre átomos, como parte del mecanismo que da lugar al enlace entre ellos.
Con estas explicaciones se pasó a las actividades donde los asistentes construían varias moléculas orgánicas. En estas los elementos esenciales son C (carbono), O (oxígeno), H (hidrógeno) y N (nitrógeno). Para ello se contaba con piezas que emulaban átomos, enlaces y orbitales electrónicos. Los asistentes pudieron construir modelos del agua (H_2_O), metano (CH4), etc. Luego pasaron a construir las moléculas de los alcoholes que más tarde se iban a manipular: metanol, etanol, propanol, 2-propanol, 1-butanol y 1-pentanoll.
Para terminar de entender la importancia del enlace y de la configuración atómica en las moléculas aprendimos el concepto de mol relacionado con su número atómico. Por ejemplo, un mol de hidrógeno pesa un gramo y un mol de oxígeno pese 16 gramos. Ahora ya podemos calcular el peso de un mol de agua, que sería dos veces el peso del hidrógeno más el peso del oxígeno, es decir, 18 gramos. Este proceso simple se puede realizar para cualquier compuesto.
Para ver la influencia del enlace y de la cantidad de átomos por molécula los asistentes tuvieron que medir un mol de cada uno de los alcoholes y, puestos en frascos transparentes, ver que sus volúmenes eran todos distintos, a pesar de tener el mismo número de moléculas.
Desde DiCTEL queremos agradecer el esfuerzo de Jesús Echeverría en presentar este tema complejo a una audiencia genérica y conseguir que los asistentes comprendieran un poco mejor cómo está construido el mundo que nos rodea.
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